Habían puesto a Rembran a unas clases de dibujo hizo un autorretrato más bien una caricatura con muchos de los colores que tenia. En la mano tenia un pulgar sucio, y con un carro tampoco muy bien hecho. En la otra mano tenía una cartera como si estuviera pensando en la compra de más pinturas y en pagarlas por adelantado. El rostro de disgusto por la vida y por los años que mostraba en la caricatura era inexplicable. Pero en el fondo tenia una dura alegría que le hacían caer lagrimas brillantes com0 gotas de rocío de los ojos.
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